domingo, 21 de diciembre de 2008

el gris de la tarde

Domingo gris en la florida. Ajeno a las imágenes de mi derecha, el insistente repiqueteo de las gotas en la zingueria taladra cualquier voluntad de ejercicios mentales de concentración. El calor interno se opone a la térmica del momento y tal vez el fluvión se haya animado a terciar en favor del primero. De cualquier modo, es involuntario. El peso del abandono evacuó sus protestas antes de la nonésima prueba de carácter. La inconstancia del otro no nos da derecho a reclamos del todo justos, pero siempre seremos libres para experimentar, y ahí se permiten las pruebas. Se hace inequívoca la necesidad de refrigerio. En todo sentido, en todo el ser. La pantalla no devuelve nada. Solo refleja. Una mueca de desencanto hace juego con el quejido que se repite en la lejanía. Nada más cruel que el replanteo vinculante no solicitado. Un sorbo de amargura no me aleja de lo que perturba. Tic, tac, tic, tac. Pasan las horas, las palabras y las gotas. Si busco recuerdos felices tal vez engañe a mi interlocutor, aunque lo sepa y se deje. Si traigo sonrisas del mañana, tal vez deje vacío ese momento. No hay que desesperar. Bien podría haber salido el sol en la Florida...y sin embargo aquí estamos. Con lo que fue y lo que será. Futilidades. Hoy esta nublado y mi presente responde a ello. Al menos se que tengo la respuesta. Otro trago y no más calor. Al menos por hoy...

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